Comienzo de estacion a sacar los abrigos

Ahora sí, parece que ya está aquí el otoño, esta mañana ha n caído en picado las temperaturas y lleva todo el día lloviendo, esto solo pude significar dos cosas, que ya se avecina el invierno y que ya va tocando cambiar los armarios que tanto tiempo llevan con la ropa de verano por la temida ropa de invierno, telas fuertes como pana, jerséis de ochos, pantalones largos y bufandas que junto con las parcas y las chaquetas de borreguito nos dan calorcito en las tardes más frescas.

Esto nos hace sacar las cajas que compramos en mercamaterial y que tan bien nos han venido para almacenar la ropa que ocupa más espacio y que no hacía nada en el armario del dormitorio. En esas cajas hemos guardado desde los calcetines más gordos y esponjosos hasta los gorros y los guantes que compramos el año pasado, también están las chaquetas de los trajes y una de las mantas mas calentitas que he tenido nunca y que será un placer volver a utilizar cuando me siente en el sofá para cubrirme los pies mientras disfruto de un buen libro o una película.

A casi todo el mundo le da mucha pereza tener que hacer todos estos cambios de ropa de temporada, a mi no, a mi me gusta, me relaja sacar ropa y doblar ropa, probarme algo, saber si me queda bien darme cuenta de que no he engordado a lo largo del año y eso me saca una sonrisa.

Tras esto saco también la enorme caja de los zapatos que está llena de botas y botines de invierno, de esos que son calentitos pero que aun así te pones dos calcetines para tener los pies templados siempre. Tener en cuenta que ya ha comenzado la cuenta atrás para la llegada del invierno, en pocos días cambiaran la hora por lo que a las seis o las seis y media ya será prácticamente de noche, la genta ya no sale tanto a la calle y nos quedamos en casa calentitos con la calefacción a tope y esa maravillosa manta envuelta en los pies mientras ves la segunda parte de una película muy taquillera. Sin duda el verano es mi preferido, pero no te voy a negar que imaginarme en el sofá con un te calentito y un buen libro no me desagrada en absoluto.